Bienestar

Estampas navideñas

Pese a otro año herido por la pandemia, la Navidad regresa a nuestras ciudades y hogares.  

Y regresa con sus criaturas devotas de Navidad, antifestivos Grinch o quienes prefieren estas fechas para el recogimiento en la literatura que suele a veces ser más placentera que la vida.

Ahí están los cuentos navideños de Grimm, Andersen, Tolkien, Auster, Geisel, Dickens y tantos otros que nos transmitieron su visión de la navidad con relatos conmovedores para recordarnos que tener espíritu navideño es amar al prójimo, no es egoísmo ni consumismo.                                         

Historias de tradiciones

En época del imperio Romano, las coníferas eran usadas para decorar las casas. Se hacían banquetes y ofrendas durante las Fiestas Saturnales para celebrar el solsticio de invierno.

En los pueblos del norte la tradición de decorar pinos data de la edad media.

En Alemania, -según los historiadores-decorar en invierno las casas con ramas de Abetos era símbolo de esperanza por ser el único árbol que permanece verde en invierno y para celebrar el renacimiento de la primavera.

Pero no es hasta mediados de siglo XIX que esta tradición navideña se expande por toda Europa cruza la mancha y luego el atlántico hasta New York.

San Nicolás– el santo protector de los niños popular en Europa del norte y este de Francia desde el siglo IV-será importado por colonos holandeses a Manhattan en el siglo XVII y luego laicizado en el personaje de Santa Claus gracias a una campaña publicitaria de los años 1930.

En Inglaterra en el siglo XIX cenaban oca en Nochebuena pues creían aportaba prosperidad, además de alimentar a toda la familia ; luego introdujeron el pavo, pudding, vino caliente.

Navidades

Otra explicación más poética cuenta que dicha tradición se debió a la influencia que tuvo el popular cuento de Charles Dickens A Christmas carol, donde los protagonistas cenan pavo. 

En Italia en navidad  no pueden faltar 2 brioches : Panettone y Pandoro. La noche del 31/12 los romanos cenan lentejas mientras que los españoles se zampan las 12 uvas de la suerte.

Otro clásico por estas fechas son los mercados navideños que invaden las plazas europeas.

Algunos conservan el encanto de antaño y nos devuelven la magia de nuestra infancia ; otros se han convertido en penosas atracciones turísticas y estrategias de mercadeo de baratijas.

No obstante, conservan autenticidad los mercados navideños de Alemania para degustar el  Stollen (pan dulce con frutos secos y almendras) y Estrasburgo con sus bredeles (bizcochos de canela y anís).

Pero es en Praga -una de las ciudades más románticas de Europa- donde realmente opera la magia navideña recorriendo el centro histórico envuelto en aromas de Trdelnik (pastel de avellanas) y ponche caliente para ablandar nuestros gélidos corazones.

Cuentos de Navidad

Obsequiar un libro siempre es gratificante porque conjugamos  lo útil con lo agradable.

La Navidad ha inspirado relatos que nos hacen reflexionar sobre los valores humanos.

Una lectura amena para leer en Nochebuena es Como el Grinch robó la Navidad, de Geisel.

‘’Grinch odiaba la Navidad (…) el verdadero motivo es que tenía el corazón 2 tallas encogido’’

El autor de Grinch nos cuenta la historia de un ermitaño gruñón a quien molesta la ruidosa celebración por lo que intenta robarse la navidad hasta que una niña con espíritu festivo le hace cambiar de idea.   

Una historia optimista, a pesar de la crítica al consumismo navideño.

Uno de los primeros autores en tratar el espíritu navideño con maestría fue Charles Dickens.

El clásico de la literatura navideña Canción de Navidad escrito por Dickens en 1843 relata la historia del tacaño Scrooge -quien también detesta la Navidad.

Y la de su conversión tras ser visitado en Nochebuena por los fantasmas del pasado, presente y futuro que le muestran momentos de su vida y cómo ese viaje en el tiempo hará que su corazón se ablande y crezca.

Así, la visión de su muerte tras una vida solitaria y egoísta le lleva a reflexionar y cambiar de actitud : ‘’haré honor a la Navidad y procuraré mantener su espíritu a lo largo del año’’(…)

El cuento de Dickens, ambientado en el sórdido Londres victoriano un día de Navidad ‘’frío, desapacible, cortante y con niebla’’ con el avaro  Scrooge ‘’un anciano que desprecia la Navidad, interesado solo en ganar dinero y solitario como una ostra’’(…) nos deja una gran lección de humanidad : nunca es tarde para cambiar y volvernos personas más generosas.

Dos exquisitas historias para compartir en familia y consumir sin moderación.

Wellness Destiny. Fotos Pixabay

Susana Menéndez

Graduada en Ciencias Biológicas (UH) y en Filología Hispánica (Université Clermont Auvergne (UCA)- Francia. Sus experiencias en diferentes ámbitos (científico, docente) animan su quehacer cotidiano a partir de la práctica del consumo responsable.