Ecuador : El Dorado del viajero verde
Para los amantes de la naturaleza viajar al Ecuador significa descubrir por fin El Dorado.
Este pequeño territorio ofrece una multitud de paisajes con gran variedad de ecosistemas naturales.
Volcanes, bosques nublados y lluviosos, reservas protegidas y parques nacionales que van desde la costa pacífica y la sierra andina hasta la amazonia ecuatorial.
Según la revista Lonely Planet, Ecuador se encuentra entre los diez mejores destinos verdes del mundo.
Y es el destino ideal para ver lo mejor de Sudamérica en poco tiempo.
Tras la huella de Orellana
Algunas excursiones en canoa por la cuenca amazónica ofrecen seguir los pasos del Conquistador español Francisco de Orellana.
Parten de Coca (Capital de la Provincia de Orellana) a orillas del río Napo -afluente más grande del Amazonas.
Cerca del lugar por donde en 1542 se aventuró el adelantado con miles de indígenas en busca del Dorado.
Una visita imprescindible es el Parque Nacional Sumaco-Napo para observar la flora y fauna salvaje.
Ante los ojos atónitos del viajero, se abre imponente la selva tropical con árboles gigantes y una gran variedad de plantas medicinales que utilizan los chamanes en sus ritos.
En esta reserva (una de las más biodiversas del planeta) conviven mamíferos terrestres y arbóreos como el jaguar, el tapir, el mono ardilla, oso hormiguero y perezoso entre otros.
Excursiones con guías expertos permiten visitar el Parque Nacional Yasuní, reserva de la biosfera y mayor parque del Ecuador continental que alberga varias comunidades indígenas.
Un destino verde, ético y sostenible
Ecuador es un destino que privilegia el turismo sostenible – afirmó la Ministra de Turismo Rosi Prado- porque genera ingresos sin dañar los ecosistemas, la cultura y el patrimonio.
Así prioriza un turismo ético que garantiza el bienestar de las poblaciones autóctonas.
Y a la vez da posibilidad de interactuar con las comunidades rurales e impregnarse de sus hábitos y cultura como alojarse en cabañas, dormir en hamacas, comer cuy asado y beber chicha.
Al norte de Quito, a menos de dos horas en bus, se puede visitar el mercado de Otavalo.
Aquí encontraremos un florilegio de artesanías típicas, coloridos textiles, tallas en piedra y madera e instrumentos andinos como Quenas y Ocarinas en la Plaza de los Ponchos.
Volcanes, Baños y aventura en las cumbres
En los alrededores de Quito, los amantes del senderismo podrán hacer una excursión al Parque Nacional Cotopaxi y llegar a pie hasta la base del volcán Quilotoa.
En el cráter hay un magnífico lago para poder disfrutar del paisaje con llamas, caballos salvajes y halcones.
Es un espacio protegido en el que se encuentra el volcán Cotopaxi (5897m) que es el más activo del mundo.
Un poco más lejos tenemos el volcán Chimborazo (6310m) así como encantadores pueblecitos donde podremos conocer más de cerca la cultura andina.
Situado al pie del volcán Tungurahua, Baños de Agua Santa es un sitio propicio para relajar.
En Baños– también conocida como La Puerta del Dorado– nos impregnamos de la espesura del silencio en las sulfurosas piscinas termales que emergen de las entrañas del volcán.
Y para los amantes de sensaciones fuertes la “Ruta de las Cascadas” ofrece una gran variedad de atracciones.
Deportes de aventura que van desde el rafting, canopy o el piraguismo así como la posibilidad de escalar y lanzarse en tirolinas desde las cumbres.
Quito y sus encantos
Quito es la ciudad más antigua de Sudamérica. Fue fundada en el siglo XVI sobre las ruinas de una antigua ciudad Inca.
Está rodeada de volcanes lo cual le da un encanto especial.
Su centro histórico es uno de los mejores preservados del continente americano por lo que ha sido declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Antes de partir, vale la pena un paréntesis cultural en la Fundación Oswaldo Guayasamín. Situada en las afueras de Quito.
La casa museo del pintor indigenista hechiza y conmueve.
Aquí podremos admirar obras precolombinas, coloniales y arte contemporáneo ; pero sobre todo la obra cumbre del artista: “La Capilla del Hombre”, un memorial al ser humano.
Con la obra expresionista y humanista de Guayasamín el viajero podrá reflexionar sobre aquellos aventureros españoles que, empecinados en encontrar la mítica ciudad del Dorado, no vacilaron en sacrificar la vida de miles de aborígenes en la cuenca del Amazonas.
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