Turismo de Salud

¿Existe un turismo para abortar?

Un tema polémico y particularmente sensible es lo que se ha dado en llamar el turismo para abortar.

Se conoce así la tendencia a viajar desde países donde no está permitida la interrupción de embarazos para realizar ese procedimiento.

Argumentos hay a favor y en contra. Pero lo cierto es que es un fenómeno real y que -al parecer- aumenta.

El Ministerio de Sanidad portugués emitió uno de los reportes más recientes.

Según cifras oficiales 447 mujeres brasileñas se sometieron al aborto en Portugal en 2017, el año de estadísticas más recientes. Una cifra 18% mayor que el año precedente.

Estas estadísticas no aclaran cuantas de esas mujeres eran residentes en el país o viajaron con ese propósito en mente.

Sin embargo declaraciones de médicos y representantes de clínicas que realizaron los abortos aseguran que gran parte correspondió a visitantes.

El turismo de aborto y el caso Portugal

En Portugal el aborto está permitido hasta las 10 semanas de gestación. Los costos del procedimiento van de 475 a 575 euros en dependencia del método y la anestesia.

La ley portuguesa permite la interrupción de embarazo a mujeres extranjeras, incluso si están de forma ilegal en el país.

En este país se constata un hecho paradójico, también reportado en otros.

Resulta que desde 2007, cuando fue despenalizado el aborto en Portugal, el número de interrupciones creció hasta 2011.

Sin embargo, a partir de ese año se registra una disminución.

En 2017 se realizaron 15,492 procedimientos, equivalentes a 2,9% menos que el año anterior.

Si se tienen en cuenta solo las interrupciones realizadas en las primeras 10 semanas y por solicitud de la mujer, el descenso es del 3,4%.

Panorama de Women on Waves

Según Women on Waves cerca del 25% de la población mundial vive bajo leyes muy restrictivas para el aborto.

Esa Organización No Gubernamental holandesa estima que las mayores restricciones están en países de América Latina, África y Asia.

En América Latina hay un panorama muy desigual en cuanto a la política de abortos.

Women on Waves indica que en Chile el aborto ilegal se penaliza con cárcel. Incluso está prohibido en casos de violación o cuando el embarazo pone en riesgo la vida de la mujer.

Por ello muchas chilenas observaron con interés la propuesta de legalizar las interrupciones de embarazo en la vecina Argentina. Esa propuesta finalmente fue rechazada.

Además de Chile en América Latina es ilegal (aunque algunos países lo permiten si pone en riesgo la vida de la mujer) en: Brasil, Colombia, República Dominicana, El Salvador, Guatamala, Haiti, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay y Venezuela.

Es permitido para salvar la vida de la mujer o proteger su salud en Argentina, Bolivia, Costa Rica, Ecuador y Perú, según el reporte de la ONG.

Un fenómeno polémico

Para algunos definir como “turismo para abortar” los viajes para realizar interrupciones de embarazo es una demostración de insensibilidad.

Quizás no les falte razón porque el turismo se asocia principalmente con situaciones placenteras, de disfrute y recreación.

Sin embargo la vida no es como queremos y hay una realidad: el turismo médico existe y dentro de este el llamado turismo para abortar.

El turismo médico existe porque cada vez más personas buscan alternativas a los altos precios de la medicina y los tratamientos en su país.

Otra causa son las largas listas de espera para someterse a tratamientos especializados.

En el caso del aborto la motivación principal parece ser legal.

Es cierto que el fenómeno se incluye en un amplio debate moral a nivel mundial.

Pero ¿se puede negar su existencia?

Wellness Destiny / Foto: Darko Stojanovic (Pixabay)

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